Los amarres de amor son prácticas esotéricas que buscan “atar” o unir energéticamente a dos personas para generar o mantener un vínculo sentimental. Se realizan con distintos fines: recuperar a una pareja, impedir una separación o provocar el enamoramiento de alguien.
En el Perú, los amarres amorosos forman parte de un universo de creencias populares donde la magia y la fe se entrelazan. Aunque algunos los consideran rituales inofensivos o simbólicos, otros los asocian con una manipulación directa de la voluntad ajena.
¿Qué métodos de amarre de amor existen?
Existen muchos tipos de amarres para el amor, desde los más simples o “caseros” hasta los que se consideran amarres fuertes de amor, realizados por personas con conocimientos en rituales, santería o brujería tradicional.
Los más comunes incluyen:
- Amarres caseros: hechos con fotografías, velas, prendas personales o escritos. Se basan en la idea de canalizar energía emocional hacia la otra persona.
- Amarres con elementos naturales: como miel, flores, canela o cintas rojas, que simbolizan dulzura y unión.
- Amarres fuertes de amor: combinan rezos, velaciones y objetos personales o(o incluso sangre de menstruación o fluidos) para intensificar el vínculo. Según las creencias, su efecto puede durar años o incluso de por vida.
Cabe aclarar que no existe evidencia científica que respalde la eficacia de los amarres. Lo que sí es real es el poder psicológico y emocional que estas prácticas pueden generar en quienes creen en ellas.
Creencias sobre los amarres de amor
Entre quienes creen en estas prácticas, existen ideas muy arraigadas sobre sus efectos. Algunas de las más difundidas son:
- Cambios en la personalidad: se dice que la persona “amarrada” pierde parte de su voluntad, volviéndose dependiente o sumisa frente a quien hizo el ritual.
- No es amor real, sino endulzamiento: muchos practicantes sostienen que el amarre no crea amor verdadero, sino una especie de encanto temporal.
- El amarre de amor debe renovarse: según las creencias, si no se renueva cada cierto tiempo, el vínculo se rompe o la persona “despierta”. Algunos afirman que el efecto dura unos dos años.
- La persona amarrada no es consciente de que lo está: la creencia dice que está cegada por la persona que la amarró y se desconecta o desvincula del resto de sus familiares o seres queridos.
Historia de un amarre de amor
Esta es la historia de un amarre de amor que una vez me llegó al blog Cuéntame una historia que tenía hace años y recopilaba creencias e historias de personas y pueblos:
Una mujer me escribió contándome que, atraída por un hombre que no se fijaba en ella como mujer, acudió a una persona que le ofreció hacerle un amarre fuerte de amor. Durante las primeras semanas, todo pareció funcionar: él comenzó a buscarla, a mostrarle interés, a decirle lo que ella había soñado escuchar. Empezaron a salir y todo iba “bien”, hasta que empezó a notar que algo no encajaba.
El hombre que tenía frente a ella no era exactamente el que le gustaba, sino una versión distinta, apagada, como si actuara movido por algo que no comprendía. Se volvió insistente, posesivo, incapaz de estar lejos de ella. Lo que al principio fue una ilusión se transformó en un peso.
Con el tiempo, la mujer sintió miedo. Ya no disfrutaba de su compañía, sino que deseaba escapar. Y cuando por fin decidió alejarse, él comenzó a seguirla, llamarla, buscarla sin descanso. Según contó tuvo que mudarse a otra ciudad para cortar el vínculo, cambiar su número hasta que no volvió a saber de él.
¿Conocías sobre los amarres de amor? ¿Crees en ellos? ¿Cuéntanos tu experiencia o anécdota en los comentarios?
Nota: Este artículo es solo de carácter informativo y cultural. No ofrecemos este tipo de servicios.
